"Arroyito" es el resultado del esfuerzo y el cariño hecho trabajo emprendido por mis abuelos, Jesús e Iria, a quienes con cariño siempre llamamos Pachú y Mima.
Como tal, la casa, es un patrimonio familiar. Sin embargo, la casa no es la familia. La familia somos nosotros, los descendientes de Pachú y Mima, quienes hicimos vida en esa casa, hace muchos años, y quienes podemos hacer vida de nuevo en ella... Solo depende de nosotros.
El mayor legado que pudieron dejar mis abuelos, no está en esos ladrillos, tejas y cemento, que permitieron construir a "Arroyito". Su mayor legado somos nosotros, sus nietos, sus hijos y sus bisnietos. Esa sangre que fluye por nuestras venas es su verdadero legado.
La casa de la Mesa, para mi, luego de tantas diferencias, es un simbolo de encuentro y reunificación, que espera tan solo por nosotros, el legado de Jesús e Iria, para que la ocupemos, para que la disfrutemos.
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